MIRIAM RINCON U.

NUESTRA INTIMIDAD.

¡Ay!, tus negros ojazos de gitano

estremecen la fibra de mi cuerpo,

¡Ay!, que roce tan suave el de tu mano

que hace ebullir mi sangre allá en el huerto.

 

¡Ay!, tus besos tan dulces y traviesos

¡Ay, mi cielo!, tus labios fruta fresca,

¡Ay!, tu piel que me lleva al embeleso

caricias que son llamas en mi yesca.

 

¡Ay!, tu virilidad que me transporta

hacia las nebulosas más lejanas,

es la hora en la cual no nos importa

si unidos, nos encuentra la mañana.

 

¡Ay!, ese hijo tuyo que me vas sembrando

¡Ay, mi vida!, el hijo fruto del amor,

¡Ay!, el hijo que estaremos esperando

para hacerlo un ciudadano de valor.

 

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