Amor,
ahora mismo no sé,
Si escribir tu nombre
o como siempre imaginarlo…
Pero sé que al pronunciar tú nombre,
Los latidos de mi corazón se aceleran…
Y sé por qué, porque este batallado amor,
Nacido de adentro es solamente tuyo,
De nadie más, que ni yo mismo puedo prohibirlo,
Porque tú lo sembraste y para ti ha crecido.
Amor, aun cuando no estás, la dulzura de tus labios,
El brillo de tús ojos, la suavidad de tú pelo,
Y tús rosadas mejillas, son mi más ameno recuerdo.