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El llanto del Paladín

Al caer el manto oscuro de la noche,

noble guerrero regresa a su casa.

Con su corcel como fiel coche

que a su lado caminando descansa.

 

Pero en su interior algo se lamenta,

es un dolor que lleva muy dentro

es una idea que en su cabeza gira lenta

pues su corazón no vive contento.

 

Y el sabe que tras su armadura

un cuerpo de hombre yace

y a pesar de su imagen dura

su corazón llorando cada día nace.

 

Revisa su imagen que todos tienen como santa

pero sabe que en interior, solo tiembla y asusta

pues no puede expresar su alma

lo que tanto desea y gusta.

 

A veces ser libre su alma quisiera,

pero debe mantener sus ideales vivos

y aunque su alma por dentro muera;

por el bien de otros, su mundo debe seguir vivo.

 

Otros lo felicitan por tan noble vida,

los mismos que se mofan a sus espaldas,

pues es un sacrificio levantarse cada día

para vivir un estilo de vida que conlleva tanta carga.

 

Y así oculta tras su yelmo las lagrimas

mientras dibuja en su rostro una noble sonrisa

pues su voz habla en dulces rimas

y muestra su rostro una expresión tranquila y lisa.

 

Pero cada noche en su cuarto

deseos de llorar su corazón invaden

pero debe aguantase hasta harto

pues no sabe, cuando ayuda a sus oídos llamen.

 

Solo en el bosque en medio de aquel claro

sus lagrimas caer por su rostro deja

porque allí nadie le reprochara lo que es claro

que su vida mas que un orgullo es una queja.

 

Quisiera gritar al mundo que le mira,

que quiere vivir como el resto,

sin dejarse llevar por su ira,

pero haciendo lo que su corazón dice: “haz esto”

 

Pues ni su amor puede vivir

porque otros lo miran como prohibido

pues como ha el caballero de concebir

sacrificar sus ideales por tal “incesto”

 

Y así vive su diario sacrificio

levantándose cada día, con una gran pena

pero metiéndose en su armadura de oficio

para llevar al mundo una alegría plena

 

Sus ideales, otros vivir no pueden

porque su corazón al enfrentarlos duele

y así al paladín cada día aplauden

aunque cada día, el caballero, en su interior, muere.