Recuerdo que antes me sonreías
y entonces sí, todas las armonías
se volvían a mi triste cabeza
al ver en tu sonrisa tu belleza.
Sí, recuerdo cuando me sonreías
mientras que, absorto en mis tonterías,
yo me conformaba sólo al verte
pasar a lo lejos, pasar por suerte.
Pero ahora, dulce y bella niña,
ya no me sonríes, ya no lo haces,
y ha vuelto a mí la melancolía,
aunque ahora parece un poco extraña,
como si tú, al sonreírme como antes
alejaras por siempre mi agonía.