Nuestro amor incesantemente crecía,
Y la nieve a nuestros pies se derretía,
Cuando tu roja y tierna boca besaba
Sin medida, cuando en mis brazos te estrechaba.
En las praderas blancas y lejanas,
Y yo sentía tus manos delicadas,
Y nuestras blancas almas apartadas,
Se juntaban mutuamente amadas.
Vuelan sobre nosotros las hadas,
Pasean entre las ramas escarchadas,
Se la pasan por nuestro amor suspirando,
Mientras tú y yo nos estamos enamorando.
Cubiertos por el gris y tranquilo cielo,
Las nubes bajan con su terso velo,
Hacia el congelado río,
Nos refleja en su cristal sombrío.
Por ti ha crecido mi pasión,
Ya he perdido la razón,
Te he entregado mi corazón,
Se desborda entre nosotros el amor.
“Las hadas entre nosotros volaban, se derretía la nieve escarchada, por nuestro amor, una incesante pasión.”