Todos los niños vienen a verte, Chusito Cancino.
No te traen rosas en sus manos.
Te traen su cuerpecito débil
Vienen en brazos de sus madres
Unos de cuatro meses, otros de un año
(Otros te esperan en la cuna de la muerte).
Niños pobres que te hacen mas pobre
Que no te dan sino un manojo de gritos
Niños que no saben nada de ti
Y que te ven con miedo
Medico de niños y pobres.
Todos los niños vienen a enriquecerte
Fabulosamente. Todos sonríen algún día
Y juegan, y su risueño juego es tuyo
Porque tu lo sembraste
Te pertenecen las canicas y los caballitos
Y las muñecas de trapo
Eres dueño de las manitas sucias
Y de los ojos limpios
Todos los que levantas
Los que van a la escuela
Caminan a tu lado
Los que enseñan el primer diente
Se ríen contigo
Los que sueñan amorosamente
Esto es real como ese letrero
En que “el Doctor no acepta ser padrino”
Y eres padrino de todos
Padrino de bautizo, en el salón de la enfermedad
Donde oficia la muerte
Esto es real como el pasillo de madres esperándote
Allí, donde hay helechos y enredaderas
Es real como las lagrimas con que te pagan a menudo
Y como la cólera de aquellas que te culpan de no ser Dios
Yo oigo que los niños te cantan
Cuando estoy allí lo escucho
Que bueno es ir con los niños hacia delante
Que buenas las maestras de Kínder y las madres
Que enseñan a cantar a los niños
En medio de ellos, pues les perteneces
Te miro, y te digo estas cosas
Y no espero a que te mueras para decírtelo