Tan sólo deseo ser el rey
de ese lugar que existe
detrás de tus ojos.
Un reino al que conduce
el infinito camino azul
de tu mirada.
No hay fronteras ni límites
en ese pequeño imperio
que me pertenece.
No hay palacios ni tesoros
allí únicamente flota la nube
que reúne tus recuerdos.
No hay cetro, ni trono, ni armiño.
Mis pies están descalzos
mis manos vacías.
Pero sigo siendo el rey de tu memoria
y jamás podrás extirparme
del prohibido país de tus sueños.