Amarte es para mi vivir, sentirte
saborear cada mañana no ser espíritu
caminar en la eternidad del tiempo
buscar tus ojos y atrapar tu mirada
cuando elevas tus ojos a Dios
Amarte es para mí morir, ser tuyo
saber que un día me iré, te iras
y el amor que nació se quedara
Solo amándote puedo existir
en las soledades nutridas del jardín
en los rincones benditos donde te adoro
en las auroras en los crepúsculos
en las almas errantes, tibias, amorosas
Me das vida y me la quitas
al arrullo del mar embravecido
en la cercanía de la lluvia torrencial
en la inmensa soledad del emigrante
en el hambre de millones que aún no mueren...
Mi alma enamorada muere de amor
amor que no encontró su nido
de rotas alas remontando el vuelo
suspiros que al corazón hieren
Muere más no el amor
este amor que alucinado espera
nutrir desesperado anhelo
de saberte, en la mañana y el ocaso
Los amores que de verdad perduran
son benditos, divinos, eternos, terrenos
de esos amores donde Dios reposa
la humildad y la sencillez son su cuna
amores que solo nacen en un establo
san José y la virgen, la mula y el buey
fueron los que vieron al niño nacer.