Revuelvo los papeles donde esta tu nombre
te busco entre las fotos –amarillentas por el tiempo-
¡mira que casualidad…!
Estas ahí (ahí)
Donde nunca te busco
en esas páginas del libro de Sabines
en el café de noche
en la pluma sin tinta
en aquel poema que nunca concluí…,
aún persistes en las hojas corrugadas
con unas cuántas líneas
donde te decía: mi amor.
Nunca pude terminar el siguiente párrafo
¿tú bien sabes por qué? ¿Tú lo sabes?
Pero sólo son papeles
-blancas hojas manchadas por el tiempo-
Con unas maltrechas líneas caducadas quizás
turbulentas ya que hoy causan escalofrío
…pero no te aflijas
los oídos del mundo están cerrados
y las bocas enmudecidas
¡nadie…! (nadie sabe nada)
Pero seguiré buscándote
quizá un día
tu paradero este a pie de página
de un poema triste.
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Sergio Jacobo “elpoetairreverente”