Como se aprende cuando se ama, el corazón asimila el pensamiento y lo convierte en sangre fecunda para amar, aprender por amor es asimilar las ideas del amado, la amada tiende los lazos de afecto que en su arco iris se irradian los saberes .....así se empieza a caminar.
Caminar también detiene el tiempo para pensar, en el caminar brotan las reflexiones y se entregan las más profundas ideas, .... en el caminar los problemas se restan los pesares y se suman las bendiciones, en el caminar el contexto parece que viene a nosotros para servirnos.
Caminar dos veces es repetir una oración, el cuerpo acepta al alma en su más pura transparencia... debemos siempre caminar, ponernos en marcha hacia la propuesta diaria, hacia el infinito deber ser de las cosas, hacia la lucha necesaria, hacia el cumplimiento divino, ..... debemos caminar hacia el continuo transparentar de la luz de Dios.
También caminar en la arena reseca unos cuantos kilómetros bajo el ardiente sol, el hermano sol de Francisco y soportar el hambre, la sed, la soledad, y el deseo de regresar, .... caminar incesantemente y al llegar casi muerto, experimentar que de nada valió toda la travesía, un volver a empezar sin recursos, sin aliento, sin esperanza, en ese punto en ese lugar, en ese instante, está la Fe , esa virtud que transforma al hombre y la mujer y que nunca deja morir la esperanza.
Caminemos hacia la plenitud, si no llegamos sigamos haciendo camino otros la seguirán, caminante no hay camino se hace camino al andar.