Jesús Lantigua

CRECER

 

Crecer es saber alzar

 la frente en cada ocasión,

es asumir la razón

sin derecho de agraviar.

Es criticar, valorar,

no enjuiciar a la ligera;

decir la cita sincera,

hacer del honor, el centro,

señalar sólo de adentro,

nunca hacerlo desde fuera.

II

Crecer es saber tener

la razón, sí se la tiene

y esa condición sostiene

el milagro de creer.

Es claridad ofrecer,

no faltar a la verdad.

Es mostrar una equidad

entre el actuar y el decir,

porque un hombre ha de vivir

sin perder su dignidad.

III

Crece justo el campesino

cuando su terruño preña

con la simiente pequeña

que asegura su destino.

Se crece sobre el camino

la bota que el suelo empalma.

Y no existe mejor calma

para su ropa mugrosa

que la honestidad que roza

la gran limpieza del alma.

IV

Se crece igual el soldado

desafiando la metralla,

en la desigual batalla,

sin saberse derrotado.

Se crece sí ha derramado

sangre suya en la trinchera.

Y como prueba sincera

de su causa, justa y noble,

permanece como un roble

siendo fiel a su bandera.

  V

Se crece el intelectual

que arranca luz al papel

 reproduciendo la miel

en la celda de un manual.

Se yergue todo el caudal

de su gran conocimiento.

Y crece con el acento

de la ciencia y sus renombres

porque el saber de los hombres

es de la moral, sustento.

VI

Se crece bien el obrero

en su fábrica ruidosa

tras la jornada gloriosa

y su producción de acero.

Se crece siendo el primero

en la ilusión de crear;

porque aquí, en el bregar

de su torno o de la fresa,

se fabrica una riqueza

digna para disfrutar.