Ardimos;
ni las palabras cuidamos esa noche
y es tan embarazoso repetirlas.
Ahora,
la calma es tan erótica que ansío
volver a conjugar aquel incendio.
Yo fuí papel,
leña
y hojas secas;
vos,
el sol quemando en pleno invierno.
Amor,
espero que esta noche
perpetuemos el fuego.