Hace unos pocos meses
a través de su mamá
supe que existe un niño
que hoy tiene siete años.
Se llama Gianluca
y encontró un día
una mariposa herida
la cuidó e intentó salvar.
Fue tan grande su amor
e importante su dedicación
que logró mantenerla con vida
a esa mariposa unos veinte días.
La alimentó con agua y miel
hasta que voló por siempre
al mundo eterno de las mariposas
a vivir eternamente.
Que hermoso sería el mundo
si existieran muchos niños Gianluca
al que yo prefiero llamar
el doctor de mariposas.