Texto: RoseMarie M Camus 2011 Copyright ©
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Él se enamoró para toda la vida y al parecer, también para toda la muerte, pues cuando su esposa falleció, la misma noche del funeral, la sacó de la tumba y la llevó a casa. La vistió con su traje de novia (el que a ella tanto le gustaba) y tendiéndola sobre la cama, la mantuvo "virgen" por respeto al vestido blanco.
Pasaron algunos años, hasta que fue descubierto. En su defensa declaró, que era tanto su amor, que no podía vivir sin ella, y que por esa razón, la había embalsamado antes de darle sepultura, para luego desenterrarla y continuar "la vida" juntos. El juez luego de escuchar a varios testigos, lo absolvió de los cargos. "El hombre realmente ama a la difunta y no ha podido superar el dolor de su pérdida"... Dijo a la corte y a la prensa, y lo envió por un año, a participar en sesiones de terapia grupal.
Después de algún tiempo, dos oficiales de la policía visitaron la casa del hombre. Al entrar, encontraron a la cocinera que sentada frente a su patrón, parecía estar preparando el almuerzo y escuchando las instrucciones que éste le daba. Los oficiales estupefactos, se miraron entre sí... La mujer también había sido embalsamada.