Hay días insípidos
que suspiran:
un poso de amargura
, o acaso,
un volcán en erupción.
Todo acontece
en un suspiro
evanescente
de días como ayer.
Hombres sin rostro
persiguen luces
en la obscuridad
del hoy.
Una flor ciega
eclipsa mi mirada,
con la esperanza
de un mañana mejor.
Guardián que velas
las almas vagabundas,
llenas de secretos,
refugio de lo eterno.