Paciente te he, esperado en la alborada,
Escuchando el canto de un jilguero
Quede alucinado en su sonido
Y vi caer las hojas muertas
Con el viento jugando, entretenido.
En el desvelo que suspira mi nostalgia,
Vierto la armonía que en mi delirio
Desboca un grito en desespero
Para gritarte cuanto te amo...
¡amor, mío!.
Colgado del balcón de tus suspiros
En el puente de la noche a la mañana,
Contemplando el paisaje de tu cuerpo,
Despierto alborotado en un momento,
y me pregunto embelesado entre mi sueño
¿Acaso soy tu dueño?
Para no dudar retomo, el sueño bien contento.
Escuche, tu voz,
¿porque que me llamas?,
para ver el rojo de tu boca,
Encendida como fresa y como llamas.
Retomo el viaje hasta tus besos
Para anclar el timón de mi velero
y buscar mi morada entre tus senos
Para decirte muchas veces
amor mío, cuanto te quiero.
Llega la mañana en desespero,
Y me encuentra tatuándome en tu piel
Si de pronto el alma despertara
Con tu aliento se desvanecerá otra vez
Para dormir entre tus brazos
de nuevo y respirar, tu amor.
Autor. Joaquín Méndez.
Reservados los derechos.
06/08/11.