Compañero, sé que ya no estás
No estás en mis libros, ni en mi presencia
No estás en la conversación diaria, ni en las siestas
Ya no sé donde estás…
Compañero, no te encuentro en estos rumbos
De sonidos desérticos y vacíos inquieto
Mirada vacilante que tengo cuando te veo
Aún te espero, y cuento con ello…
Cuando aparezcas, si es que te veo
Te reconozca y si no me cedo
De preguntar donde estabas en estos tiempos
Sé la respuesta, pero quiero hechos…
Dicen que la vista, el olfato y los sentidos
Reconocen olores, encanto y brillo
Tu mirada que penetra en mi enseñanza que se esfuerza
Por crear una mirada así de apuesta…
Cuando no me acompañes, como en horas actuales
Te seguiré de cerca creyéndote que me esperas
Pues yo lo hago, aunque no lo creas
Te quiero tanto, que desespera.