RICARDO ALVAREZ

ELEGÍ - de v.p. veronica

 

 

Admiré el cielo

cuando espejado iluminaba sus farolas,

al temblor ordenado de tu pestañeo/

Rápido bajaban tus eternos ojos de centella

abonando la feliz lagrima del agua en la corola/

El ave de opulenta miga

y la mojada caracola

desprendían su firmamento de mador.

 

¡Pero elegí tu sudor!

Como el agua destilada predilecta

de una lluvia nocturna

y su repique de cinc picando el techo

mientras dormía mi noche con tu recuerdo/

 

Antes que la sensual risa de la luna

mostrara su denso esmalte/

conocí la rama del pino,

su piña y la trementina

pero elegí tus brazos de rama

y tu calma esencia de tilo/

Indivisible ya era tu cuerpo del alma/

De todas las hebras,

raíces y filamentos /

De la brillante telaraña

que llega de visita por las tardes,

me quedé con el sortilegio de tu pelo

y de los abultados tesoros de mi corazón

elegí como arca depositaria..

Tu salvaje corazón de pradera/

La espesa selva de tu alma guardiana.