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Nuestro último beso
lo dimos llorando,
mantuve tu cuerpo
de lagrimas mojado
tal ves fue un bandido,
no fuimos nosotros
fue el destino.
Con tu silueta
en medio de penumbra,
nos besamos llorando,
tristes de no tener fuerzas
sin poder seguir amando.
¡Ya no puede ser ¡
ni aunque en tus ojos
se miraba la luna,
te lo digo con locura:
solo el AMOR nos hace creer.
Con el amor aún niño,
yo te besé llorando,
aquellas lágrimas
no sintieron el suelo…
fueron al cielo
tristes de no poder seguir amando.
Absortos y
con la mirada perdida
me besaste llorando,
mas ya era tarde
al decir con tranquilidad,
mi amor tiene nombre
ahora se llama soledad…
Sigo triste de no seguir amando.
La condena del camino:
despertar llorando.