A la espera de tu tiempo,
con el verbo en mi teclado,
a la espera de un saludo,
el de tu noche cansina.
Y si vuelo hacia tu pena,
ya la espera se hace brusca,
y deseo que te pierdas,
que se lo digas a otra,
que te escuche las protestas,
que te cambie la llegada
y que sea la que oiga,
el monòlogo de casa.
A la espera de un buen cambio,
con sabores de lujuria,
con los arrebatos que tiene,
el decirlo con las manos.
A la espera de tus labios,
de un brindis repentino,
de reunir en un momento,
los poemas màs que tiernos.
A la espera del atisbo, como loba
enamorada, con las medias bordadas,
suelta de prendas, en tu almohada.
Asì te espero amor mio, y te lo digo
entre la magia que procurè al cambiar
la cotidianidad denodada.