“Puedo dar mi mundo sin ni siquiera un suspiro recibir
pero ¿Cómo se supone que yo vivo sin morir?,
anhelando todo ese pacifico tiempo que considero tú cariño
ese que me vuelve dócil como un pequeño niño,
al sentir repentinamente tú silenciosa presencia
esa misma que aseguro sin prueba alarga mi existencia…
La simple verdad es enmudecidamente difícil explicar porque...
ni juntando a la sola esperanza, la inmune fe, la sencilla alegría, lo perfectamente bello,
lo humanamente imposible y el inolvidable amor pueden hacer una simple copia de ti,
pero teniéndote a ti se tiene la esperanza, la fe, la alegría,
lo bello, lo imposible y el amor teniendo en cuenta que también
te tengo a ti,
la última pieza de mi rompecabezas.
Y aunque el sol se haya ocultado ya
la luna se reirá eternamente de su elocuencia,
y las estrellas serán fieles testigos de su mayor imprudencia
más esto sucederá siempre como yo sufriré tu ausencia.”