Aquí dejé mi tristeza, mí alegría, mí temor, mí ilusión, mí mezcla de sentimientos, cuantas veces llorando, otras sorbiendo, otras con tanta amargura en mí corazón.
Mi testimonio de un verano inolvidable, adonde por felicidad é encontrado el amor. Jamás podré vivirlo en pleno en la realidad, pero lo puedo hacer en mí corazón, le quiero tanto como nunca he querido a nadie, ojos bellos serenos, profundos, a mí manera sentí que era querida, que si nuestras vidas fueran distintas, tendría el cielo en la tierra. Pero no puede ser, lo sé e me voy acostumbrando como los pobres que no puedo tener, lo que los afortunados tienen.
Jamás un timbre de teléfono me alegró tanto, a dios doy las gracias de te tener conocido e de haber estado contigo aun que fuera en un café, como dos adolescentes, nerviosos, yo temerosa que después de conocerme nunca más me quererlas ver.
Pero no seguimos con nuestro querer por su parte e de amor por la mía, es bueno es difícil, pero lo miro todos los días aunque sea virtualmente pero lo miro, mis ojos le transmiten sin querer que le quiero y los suyos la misma cosa.
Quizá por don divino pudramos realizar nuestro sueño, lo deseo con todo mi corazón, tanto sofrió en la vida! Dios deja que sea realidad.
Muy pronto mañana si puedes, deja que pueda acariciar su cara, sus manos y besar sus ojos cerrados que sea apretada en un abrazo, lleno de ternura, con toda la fuerza de un amor que llegó sin querer pero que lo esperaba hace mucho tiempo.
Las mejores vacaciones de mí vida el otoño también y espero que venga el invierno, primavera e que cuando llegue el verano tenga mí felicidad completa, todos mí deseos cumplidos e sea la mujer más feliz del mundo. Después ya puedo partir feliz por haber tenido el mejor hombre que conocí en toda mi vida.
Carminha nieves