Con la brisa fresca llega el aroma del bosque
y también las ramas secas y las moscas y la muerte.
Las lagrimas de dolor al igual que las de alegría
son del mismo color.
Con el amor llega el dolor y con las espinas
las rosas marchitas.
Destierra el prójimo, levanta fronteras y te llamarán
soberano; regala lo que te sobra, abraza (aunque sea
por burla) a los desdichados y te llamaran filántropo.
Hazte rodear de niños y enanos,
te llamarán sabio y gigante.
Con la sabiduría viaja el egoísmo y tras la quieta
noche que nos inspira hay sexo, conspiraciones,
malhechores y ladrones.
Con la muerte llegan las condolencias,
los solidarios y los hipócritas; tras las joyas y las
perlas, hay intrigas, maltratos y sangre. La puerta
por donde entras sigue abierta esperando tu salida.