Te dije un día compañera
Que era quien siempre a tu lado se quedaría
Aunque el mundo te dé la espalda
Y si te tiran rosas yo me encargaría de sacarles las espinas.
Pero hoy no me dirijo a la mujer
Me dirijo a la compañera:
Te conocí tan tierna tan inquieta
Casi inconsciente rodeada de tu mundo
En el que eras como una reina
Y te vi madurar pasito a paso
Y sufrir por los pobres de la tierra
Ibas creciendo en el amor por la justicia
Ibas creando tu propia bandera
y la lanzaste al viento
En la primera marcha y la primera consigna
Que en tus labios se volvió una utopía
Y un canto de esperanza,
¿Cómo entonces no amar la vida
Que me unió a tu destino?
Aunque haya sido por tan breve tiempo
Y te hayas alejado de mi camino.
Pero hoy te veo y reconozco en ti a la compañera
Con la que llevé un día su bandera.
Porque sigues siendo la misma
Más madura quizás, pero más plena
y sigues alzando tu voz
Silvana, la compañera.