Yo te escucho hablar del amor
del corazón, de alegrías y de penas.
De la esperanza eterna
y de la espera sin sentido.
Ensimismado me quedo
mirando tu pelo suave,
mientras la luna brilla en tus ojos
y tu sonrisa, ilumina la noche.
Tendré que recordar soliloquios
en los que hablando bajo la lluvia
soñaba con ser tu dueño
y apresando en el aire tu cuerpo,
humedecía mis sentidos.
Con ternura te hablaré de amor
para llegar a tu corazón,
con palabras claras, transparentes…
para que veas en mis ojos,
el amor que hay en mi alma.
Desde que te conocí… ¡te amo!
te diré, como en ésta noche.
Pero en secreto guardaré tu nombre …
como el mayor de los tesoros
PARA QUE SOLO SEAS AMADA, POR MÍ.
Delalma
Jueves, 11 de agosto de 2011.