En lo más escabroso de mi abismo,
de pronto hallé una Flor, y su belleza,
transformó mis inviernos en tibieza,
y todo mi dolor en optimismo.
Aunque sea tan sólo un espejismo,
que su magia le impuso a mi tristeza,
aún así su perfume me embelesa,
y nada va a volver a ser lo mismo.
En cada hoja cuajada de rocío,
el sol de su hermosura reverbera,
a su lado se encienden primaveras,
su néctar es razón de mi extravío,
pues mi alma, para hallar la gloria, espera
que llegue de su estambre al labio mío.