Flor dorada,
Que en el firmamento brilla,
Ciegas al hombre,
Que morbosamente acribilla,
Esa belleza,
Belleza infinita que nunca se acaba
Como el río con su cause se maravilla,
Maravillado por tu brillo,
Brillo que en tu belleza
Perdura y perdura en el tiempo
Que desde niño he plasmado,
Y a tu lado como el pupilo,
Que busca saber que encierras en tu ser,
Dejadme tocarte,
Y no ceguéis mis ojos
Para contemplar tu rostro,
Que sin plasmarlo,
Enciendes la pasión
Que en mi pecho os he guardado,
No me mires como el escombro,
Que el universo dejo,
Encallado ha quedado,
Desde lejos por tu amor
Pues, en mi se refleja
Lo que por ti podría dar por vos.
Porque lo valioso, no es el dinero
Sino lo que los dos sintamos,
En este frenesí de la vida,
Que ahora manifestamos.