Radiante luz en la oscuridad
abrasas tu cuerpo de cera
mientras consumes tu existir,
devorada por la llama que quema
la corta felicidad de vivir
solo para poderme servir.
Fuego amarillo que en tu cabeza
provoca lagrimas ardiendo
que se deslizan por tu cuerpo
en forma de gotas que te van hiriendo,
despojando tu vestido
arañándote la piel
van firmes a su destino
van directas por el camino
que les llevara a tus pies.
Acompañante y amiga fiel
de días ciegos sin luz
transformas en día
lo que los ojos no ven,
a través de tu brillo
vas haciendo espacio
mientras te siguen despacio
los pasos temerosos
de unos pies silenciosos.
Tu cuerpo perderá forma
el tiempo te será infiel
las arrugas cubrirán tu figura
la vida es así de cruel,
con el tiempo te aras dueña
de una luz más pequeña
Tu vida de centilena
de largas horas encendida
anuncia el final
acaba tu claro día,
mas la noche nos rebela
la vida que nace
en la llama de otra vela.
Ramon Bonachi