Cae la noche oscura y tenebrosa
y con ella, aparecen los miedos humanos,
roza nuestra piel esa brisa misteriosa
y el peligro parece estar al alcance de la mano.
Mas una criatura tétrica y terrible
aparece misteriosamente en nuestra mente,
y aunque su leyenda es poco creíble
al oírla, el miedo nos invade rápidamente
El caballero de la noche es un enigmático ser
elegante como príncipe, peligroso como bestia
se acerca, ofreciendo majestuoso placer
con gran sutileza y disimulada modestia
Pero un gran peligro su presencia esconde
pues su historia data de mucho tiempo,
pudo ser príncipe, caballero o conde
o solamente un campesino a destiempo
Las leyendas hablan de miradas o colmillos
pero esas no son sus principales armas,
si bien están afilados como cuchillos
su interior se esconde bajo su calma.
Una gran condena debe eternamente sufrir,
es su cruel castigo y su duro y maligno legado
porque su naturaleza no le permite morir
a menos que sea un sufrimiento terrible y prolongado.
Sus victimas son atraídas son tentaciones y engaños
pero cuando al final, quedan peligrosamente a solas
descubren que tiene un plan hecho desde antaño
y les invade un pánico terrible en forma de olas
Notan sus cuerpos rendidos ante el extraño
inmóviles se dejan llevan por su deseo,
no saben si sera un minutos o varios años
pero mucho durara este inusual saqueo.
La criatura extrae el liquido llamado de la vida,
el rojo manantial que por nuestro interior corre
pero que ahora es un viaje solo de ida,
pues su cuerpo queda firme como una torre
Su temible destino ya no cambiara,
y peligrosamente no tienen miedos,
el monstruo de sus victimas se alimentara
y sus cuerpos serán simples remedos.
Pero un destino mucho peor puede ocurrir
y es que la noche no termine en un beso,
sino que el caballero nuestra compañía quiera sentir
y nuestro cuerpo, de la maldición, sentirá el peso.
Y así sirviente y señor vagaran dando vueltas, por el mundo
viajando, engañando, buscando donde dar el final suspiro;
deseando eternamente lograr el descanso largo y profundo
sin lograrlo nunca, es el cruel destino de ser vampiro.