Aferrado a tu piel revestida con la seda
He podido aliviar el tormento que sufrí
El tiempo perfecto, la esperada llegada
Aviva el lento latido que alguna vez sentí.
Olvidando el rencor se extiende la vida
La hoguera fue enterrada bajo el mar
Más no dejara mi memoria, aquel día
Que escribiendo entre llantos poesía
Mi esperanza de volverte a encontrar.
La marca del tiempo no pierde su rumbo
Desata su afán, su recuerdo indiscreto
Pero heme explorando un nuevo mundo
Que descubre lentamente mis secretos.
Abre su ala invisible y extiende su ser
Y yo sin cautela me acerco confiado
Su resplandor natural me obliga a ver
El inmenso templo de sus sueños,
Donde yace el amor que he esperado.