En este silencioso laberinto en que no toco
pared, por que si las rozo me envenenan,
igual su piso y su techo a ti me condenan;
al no poder salir de el, me va a volver loco.
Es que no hay luz, no existe un blanco foco
que alumbre y me dirija a donde se frenan
los sentimientos desbocados que hoy penan
en mi alma, suplicándome de calma un poco.
No entiendo mi corazón que tu nombre aclama,
gritándolo para que a mi vida tu regreses;
y vuelvas segura de mi amor y me beses
para que se sienta lleno de gloria y de fama.
Porque no solo sueño contigo en una cama
con este deseo por ti que insiste con creces;
no soy quien te amó, no lo repitas más veces...
No soy quien te amó, sino quien te ama...
Alviz Neleb
Agosto 13 de 2011
1:01 a.m. - Sábado