Comprendo que tus besos
jamás han de ser míos,
Comprendo que en tus ojos
no me he de ver jamás,
TE AMO
y en mis locos desvaríos,
bendigo tus desdenes,
adoro tus desvíos,
y en vez de amarte menos,
te quiero mucho más.
Y entonces cuando rendido
ofrezcas toda tu vida
perdón pidiendo a mis pies,
como mi cólera es infinita
en sus excesos,
¿Sabes tu lo que haría en esos momentos de indignación?
¡¡¡Arrancarte el corazón para comérmelo a besos!!!