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Como una brisa

Como una brisa

 

 

 

En otoño la conocí y como una brisa intermitente que soplaba el viento, una hoja se soltaba de una flor hermosa que aún se lucía en mi jardín.

 

Esa hoja la apañé en mis manos para darle vida y día a día la veía como crecía y se incrustaba en un rincón de mi solitario corazón.

 

En los húmedos días de julio esa hoja ya tenía rostro y cuerpo, ya no estaba en mis manos, ahora estaba en mis brazos y podía palpar su cuerpo.

 

Desde ese día pasó a formar parte de mi vida diaria, entre el viento y la brisa, se movía de un lugar a otro pasando entre montañas y cordillera.

 

Fuero 542 días de sueños hermosos, aventuras e ilusiones con esa hoja que un día se desprendió de una hermosa flor, que una brisa la puso en mis manos.

 

Pero un día de invierno un huracán la arrancó de mis brazos a esa hoja que un día se poso en mis manos.

Hoy sólo la recuerdo con cariño, ya que se su amor quedó incrustado en un rincón de mi corazón.

 

¡Recuerdos a una hoja desprendida de una hermosa flor, que en otoño conocí y en un día de invierno la perdí!

 

 

Autor: Hernán R. Cornejo Véliz