Escribir un soneto con humor
es en si mismo un gran atrevimiento
le pondré chispa y le pondré sabor
a ver cómo me va con el invento.
Sé que el soneto es un serio señor
pero yo pienso con detenimiento,
romper los paradigmas, es mejor,
que morir con las ganas del intento.
Le enseñaba yo a un viejo bribón
como señal de buena educación
quitarse ante las damas el sombrero.
Y el hombre me respondió muy sonriente
que la mejor señal de un delincuente,
era más bien, quitarles el dinero.
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