La verdad
es que estabas un poco confusa aquella noche y repetías
la canción de verano sin saber en qué idioma
estaba el estribillo,
i love, me dijiste
y aunque fuera la frase más gastada del mundo
te creí:
yo tampoco
fui consciente del todo y al momento ya estábamos
comiéndonos los labios mutuamente
te quiero, repetiste
y ahora sé que fue entonces cuando supe que tú eras
ese tipo de chica que no lleva aspersores en las ingles ni se pone en la siesta
dibujos animados,
ese tipo de chica que no sale en la tele violada o con los labios
hambrientos de planetas
y sí, lo digo en serio,
desde entonces
no tuve que romperme la cabeza imaginándome
la mujer de mis sueños,
existías
y eras sexo sin sexo y en tus ojos dormían los oasis
de todos los colores,
eras tú y al mirarte los minutos tenían ciento veinte segundos
cuando a mí me sobraba con un solo
instante de tu vida
y aunque el tiempo ha pasado y ya no pinta
crucigramas el viento
te repito:
junto a ti se me hace muy dulce cumplir años
porque antes de ti yo no existía
y contigo
ya no temo a la muerte.