Es como si de repente me encontrara
en un cuarto alfombrado de recuerdos
la misma música sutil de un piano,
la foto con marco grueso en la pared.
La mesita redonda con tres patas,
Y en florero tres rosas amarillas.
En el extremo opuesto de la mesa
Estas tú sonriendo.
Camino hacia ti,
y de repente choco con
el desparpajo de tu olvido.
Me abrazo entonces
a la columna central
que sostiene el techo de la sala
y no encuentro tus senos,
las rosas amarillas palidecen de furia
y sus espinas hieren mis manos ávidas
que van directo a tu cintura.
¡Oh, si en esto momentos pudiera
Tenerte como entonces!
Haríamos el amor en la alfombra
Y pintaríamos otro paisaje de amor para colgarlo
En las paredes de este cuarto cuajado de recuerdos.