Arribó el amor,
radiante,
en su máximo,
esplendor,
en un instante,
su brillo,
se apoderó,
de todo
y su suave,
música,
se escucha,
con distinción.
Ofrenda,
el dulce,
licor de placer,
alivia la sed,
se incrusta,
en los sentidos,
y en el alba,
nuevos matices,
llegan a emerger..
El día,
te abre la mano,
y nuevo caminos,
comienzas a percibir.
Las horas se alargan
en el diario,
quehacer.
Retornar,
a sus blancos pechos,
es la nueva ambición.
Arribó el amor,
radiante,
y hasta,
de la existencia,
se adueño.