Será acaso, que te he perdido.
Yo no sabía
que la incertidumbre
también dolía.
Te suplico,
de poder sacarme el corazón,
lo haría,
no te me vayas sin antes saber
lo que es el amor conmigo.
Es muy crudo el exilio
sin anterior bienvenida,
me sacas de tu vida
sin que me hayas dejado entrar.
Me hiere interpretar tu silencio,
tu ausencia
es como un trozo de hielo
clavado en mi pecho.
Te pienso,
dime como, maldita sea,
dime como dejo de hacerlo.
Pero responde al menos,
dame una prueba
de que sabes que aun existo.
Me abandonas así,
sin decirme adiós,
como si fuese yo cualquier cosa.
Un juguete,
una muñeca rota.