Como un motor de dos tiempos
basta una chispa para poner en marcha el engranaje
pero hemos gripado nuestra pasión.
Las piezas se atascan con frecuencia, falta aceite,
como una fiera moribunda ruge el émbolo,
cigüeñales y bielas partidos, no hay combustión.
¿Quién echó arena al engranaje que da marcha al corazón?
No hay quien camine sin explosión,
es inútil probar a echar a andar sin gasolina.
A nuestros recuerdos les falta una bujía.
El árbol de manivela crece sin raíces,
no hay válvula de escape ni compresión:
ni me comprendes tú ni te comprendo yo.
¿Quién echó arena al engranaje que da marcha al corazón?
Falla la mezcla y me falta el aire
el tubo de escape se he conectado al radiador
ese “pop pop” vaticina la catástrofe.
Los frenos fallan, la alarma grita,
se multiplican los dos tiempos del motor,
la carretera nos abre vía libre hasta el desguace.
¿Quién echó arena al engranaje que da marcha al corazón?