Se recogieron las maletas, se envolvieron los sueños
Se marcharon las almas, se despidieron las ilusiones
Solo quedaron manchadas las sabanas con esos humores
De haber amado hasta la saciedad sin reparos ni tapujos.
Todo queda sepultado en las redes del amor prohibido
Sin más testigo que el adiós con lágrimas que hablan de un corazón
Atrapado en el clímax del recuerdo
Ya la aurora se despide de aquel encuentro
Del cual recuerdo tengo, ya los ocasos vuelven a ser mi nostalgia
Porque no habrán sabanas arrugadas ni sueños rotos
No habrá refriegas de pasión ni compulsivos orgasmos
No habrá estertores seguidos de placidos descansos.
Todo vuelve al origen de una pasión desenfrenada
Con vicios de haberse amado hasta el infinito.