josemiguel

El hombre sin la mujer

Por algo Dios se la ingenio, y bregó con su sapiencia,

para crear la mujer que nos roban la conciencia;

y nos restó una costilla para hacer su creación,

por esos que las mujeres nos parten el corazón.

 

Mas que seremos sin ellas hoy me detengo a pensar,

cual un velero sin velas  que no puede navegar;

son como en el cielo estrellas que nunca pueden faltar,

o una luna en la noche, para la noche alumbrar.

 

Que buenas son las mujeres cuando se dejan amar,

pero sin ellas estamos como una playa sin mar;

o cual tormenta sin vientos que nada puede azotar,

y sólo puede con lluvia sobre la tierra llorar.

 

Unas son tan sumisas y otras son tan celosas,

pero del cielo a la tierra obra maravillosa;

que con nada se compara, ni aun con las estrellas,

pues las estrellas no aman, como sentimos de ellas.

 

El hombre sin la mujer nunca puede hacer su vida,

será huérfano de amor y así no sirve vivirla;

por eso yo quiero siempre tener una a mi lado,

porque después de muerto allá no puedo lograrlo.

 

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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita