Minos & Cecii
Es un fragmento invisible clavado en mi pecho.
Son noches ocultas en bloque
de hielo.
Mis alas son de fuego.
Pero este amor esta congelado.
Y me fui vistiendo con este invierno.
Sonidos que cruzan el cielo.
Es un corazón dolido.
Corazón de ángel.
Y con la luz invernal
de versos sin alba
mis ganas de amar
han perlado mi alma;
en frágiles cristales
que sueñan el deshielo,
sublimes como ángeles
dormidos en el cielo.
Infinito de papel...
Los versos saltan por doquier.
Acústicas reacciones y el
metrónomo de mi pecho se acelera.
Escasos crepùsculos.
Renaciendo en este infinito invierno
por tu amor tan dulce y tierno.
Tus ojos son el cielo en este
triste invierno.
Del azul más frío
se empaña esta espera
llenando de noche y hastío
un amor que se congela;
en los brazos del deseo
yo te tuve aquel día,
y la nostalgia del cielo
dejó mis alas heridas.
Pinceladas de pasión
en este bastidor: el cielo.
Como pintura: el arcoíris
de deseos alcanzados.
Como inspiración: sólo tu voz,
el amor que te tengo, y este
cielo celeste en este gélido invierno.
Amor congelado en versos...
Lágrimas heladas,
en irresistible lejanía
que la soledad enamorada
derrama sobre mi vida.
Corazón de nieve
encendido de deseo
a este amor envuelve
hasta vestirlo de invierno.
Luna confusa que
muere de frío cae del cielo
y se rompe en mil deseos.
La risa no llegará a su fin
siempre vuelvo a sonreír
cuando tú estás conmigo.
No hay ningún sonido
solo la sinfonía del invierno
y este poema de amor congelado.
Arrastro mis sentimientos ya no
puedo con ellos. Te quiero...
Frías estrellas acorraladas
en crepúsculos de ilusión,
por la sinfonía congelada
que desfallece en tu amor.
Serán intensas nevadas
los restos de aquel abril...
amor... ya no me alcanza
vivir esta vida sin ti.
Oh... mi ángel de hielo.
Dame tus manos para
quitarte todo esa fría nieve.
Un secreto en el cielo por descubrir
No, no llores más, este invierno
pasará y la luz de nuestro amor
trascenderá la fría oscuridad.
Ángel mío la blanca magia nos
ayudará.
Ángel mío mira las frías estrellas
y sueña con nuestro amor.
Ángel mío...
piensa en mí despertándome
con la gélida luz de la aurora,
imagíname aún esperándote
entre nevadas soñadoras.
Con hojas de otoño,
voy vistiendo a mi soledad,
hasta hallar tus ojos
en la fría oscuridad.