Prendidas las caricias en miel de hambre,
Por este ser .grabé la voz del vendaval
Con tanta ira...
-¿acero?
-si.
De acero la amargura que protege mi alma.
-¿cuántos te quieros en sabanas de soledad?-
-¿cuántas noches penando
desde el silencio ,
y derruidos los sueños al alba?-
resquebrajado mi corazon por tanto dolor...
que hoy son huellas negras
ganadas a base de humildad.
Hoy ,quiero estar libre de heridas.
Apostare por reconstruir el alma
Que quedo entre la inferioridad
Y el miedo...
Antonia ceada acevedo