"Fui bueno, pura bondad./ Y nunca para ti fui un santo./ Pero cuando te hice una maldad,/ jamás a un malvado lo quisiste tanto".
A ti que te encanta tanto un conflicto,
Que quisieras verme confeso y convicto
Y escribirlo luego con tus letras de oro.
A ti que siempre te interesa todo lo mío,
Que no estoy riendo y tú crees que río
O que estoy llorando y no crees que lloro.
A ti que tal vez no sepas que te admiro,
Que de vez en cuando me asomo y miro
Los poemas que en ocasiones publicas.
A ti, a quien me he acostumbrado a leer
Y a quien por cierto, debo agradecer
Los minutos que de tu tiempo dedicas.
A ti poetisa tan polémica y muy experta,
Que te enteras siempre a ciencia cierta
Cuando alguien te menciona, te nombra.
A ti que no crees en un dios ni en un cielo,
No me importa si pones piedras en mi suelo,
Yo muy feliz coloco flores en tu alfombra.
A ti que a veces dices verdades muy duras
Y que por hacerlo quizá hasta te figuras
Que por momentos puedes erigirte en juez…
Y no piensas que al decir lo que te gusta,
Puedes ser, claro, una persona muy justa…
O alguien que se equivoca, tal vez.
A ti que eres tan frontal con tu estilo,
Que escribes y escribes sin perder el hilo
De lo que en cada poema nos expresas.
Que das vueltas y vueltas en tus fantasías,
Que escribes con maestría de tus alegrías
Y con un arte sinigual de tus tristezas.
Sí, ya lo ves… ¿dime cuál es el problema?
Hoy me dio la gana de dedicarte mi poema
Y puedes pelear si quieres porque te escribí.
Ya que salgas peleando no es que me asombre,
Pero ni siquiera por eso pondré tu nombre
Para que no te conste que lo hice para ti.