La mirada se pierde en la ventana,
la madre espera al hijo,
ya ha escuchado el silencio de la noche
y los gritos desesperados
de los que no volverán.
Hace tiempo que no duerme,
yace vencida en su cama ,
ahí lo parió, ahí lo espera.
Llegó, el hijo, ¡Dios, ha llegado!
Ella sirve la comida,
el hijo le cuenta historias,
ella escucha atenta,
la noche ha terminado.