Basta de educar niños…
Si nacemos, casi perfectos:
La risa es risa, y el llanto es llanto...
Los niños dicen lo que piensan:
los llaman MAL EDUCADOS.
Y a medida que con reglas,
Se proponen educarlos,
Y a disimular el llanto!
Y van perdiendo la risa...
y dejan de ser espontáneos,
Aprendiendo que fingir,
A veces, es necesario!
y mostrarse tal cual es,
se convierte en un pecado.
¿La risa fuerte?
Puede sonar ordinario!
¿El llanto?
es debilidad...
Hay que aprender a ocultarlo!
Y ¿si dicen lo que piensan?
¡Alguien saldrá lastimado!
Así, aprendiendo estas cosas,
crecemos autocensurándonos...
¡Perdemos la libertad,
con las pautas y los años!
Sin saber bien el por qué...
Ni qué es bueno ni qué es malo...
¿Por qué lo blanco es llamado negro,
y en ocasiones, lo negro es denominado blanco?
¡Basta de educar niños:
Dejemos que crezcan sanos!
Que sigan...casi perfectos...
Si prejuicios que hacen daño...
Sin necesidad de máscaras...
Que no vivan imitándonos!
¡Benditos sean los niños,
que a lo blanco llaman blanco!
Sin discriminar al negro,
Y sin vivir criticando.
¡Dejemos que crezcan libres,
si eso es ser mal educados!
Tal vez a vivir mejor,
Ellos puedan enseñarnos...
¡Y romperemos las máscaras!
tras las que nos ocultamos.
Y ya no harán falta las guerras,
Ni el odio... Y... tal vez, al fin;
¡Seremos Humanos!
LILIANA ALMENDROS.
(Del libro "A orillas de la vida")