Tu y el sol
dos razones,
inseparables,
para poder,
habitar.
Las aves,
han enmudecido
y ya,
no alegran,
el despertar.
El universo,
se quedó sin luz.
y entre,
penumbras,
se cobija,
la soledad.
Las estrellas,
han ido,
sucumbiendo,
ya no se les ve,
titilar.
La noche,
llora sangre,
y de rojo,
tiñe la oscuridad.
Las olas de océano,
circulan.
cabizbajas,
por el inmenso mar.
Al árbol de la vida
se le secó,
la raíz,
y los hojas secas,
lloran,
su orfandad.
Todo suena hueco,
hasta la luz de silencio,
llora de soledad.
Cuanta falta,
le haces,
a la existencia,
que muere
en un invierno gris,
porque tú no estás.