Confieso que me queman
tus cartas en las manos
tus besos son fantasmas
que rozan mi mentón
y los recuerdos claman
por un cuerpo y un alma
que tienen el rostro tuyo
tu espíritu y tu voz.
Ayer, limpiando el cuarto
apareció tu letra
y esa fotito vieja que por error guardé
y en este estado nuevo
de soledad forzada
me recosté en la cama
y comencé a leer:
\"TE AMO\", me decías
\"TE AMO CON EL ALMA\"
y yo, tonto engreído,
soberbio desprecié
lo que sería ahora
remedio al sufrimiento
calor a tanto frío
y calma a mi desdén.
No sé donde encontrarte
ni sé que es de tu vida
pero te juro, bella, que siempre esperaré
que Dios premie mis días
y pueda redimirme
de tanto amor que has dado
y siempré desprecié.