Dos manos pequeñas
cuatro ojos flotando a mis costados.
Caminamos de la mano
los tres juntos
unidos en un solo cuerpo
que corre, salta y ríe
sobre seis pies felices
capaces de emular al viento.
No hay nubes negras
no existe el miedo
sólo fresca hierba
y un enorme arco iris en el cielo.
Sus carcajadas son mi sangre,
su fuerza vital mis huesos,
nada puede detenernos.
Estamos juntos, somos uno,
la tierra y el aire nuestros.
De la mano y con ellos
nada importa. Todo es bueno.
Lo oscuro queda atrás
y por delante sólo hay tiempo.
A su lado y de la mano:
todo infinito, todo eterno.