Ya no eres aquel gurrumín de flequillos dorados
con manzanitas en tus cachetes pintadas
Cascabeles resonaban cada vez que sonreías
Desparramando ternura tus brazos me tendías
Buscando abrigo en mi pecho te acurrucabas
¡Creciste muchacho!
Hoy tus hombros se han erguido
En tus ojos tiernos siempre se asoma
aquel chiquillo travieso
Ellos esconden
tantas caricias y desvelos
Un provechoso camino
te auguro
¡Luz de mi vida!
la plenitud despaciosa
a tu encuentro
se encamina
Evoco aquella brillante mañana
en que los dos
con fuerza paríamos
Tú salías a la vida
yo hasta el cielo
henchida de gozo volaba
En el largo sendero tus pasos
en su andar dejaron huellas,
borbotones de alegrías
las otras dibujan golpes y caídas
Huellas que guardan música,
melodías de tus sonrisas
Tus pasos cuentan historias
relatos de travesuras,
subibajas, toboganes
muchos goles y gambetas
Tus huellas arrullan mis abrazos
y en mis manos guardo
la tibieza de tus deditos aferrados
La luna aún cuando duermes
te canta canciones de cuna
Ella en un rincón evoca
el eco de mis latidos
y mis ansias de verte crecer
siendo un hombre feliz
TE ABRAZA MI CORAZÓN
MAMÁ
Elida Isabel Gimenez Toscanini